La terapia visual no sólo va dirigida a niños, los adultos también pueden beneficiarse de estas técnicas.
Los casos más frecuentes en una consulta de terapia visual son:

• Niños con problemas de aprendizaje, en los que la parte visual está interfiriendo el aprendizaje. Esto quiere decir que estos niños en clase no poseen las mismas armas que sus compañeros, visualmente tienen deficiencias como movimientos oculares imprecisos (provocará que lea más lento, use el dedo como indicador, salte líneas, cometa errores al leer), insuficiencia o inflexibilidad acomodativa (cortos espacios de atención, se cansa fácilmente en cerca, no le gusta leer etc), integración binocular baja (visión doble, se tapa un ojo, ladea la cabeza al leer o escribir, le lloran los ojos al realizar la tarea), problemas en el procesamiento de la información visual ( confunde palabras similares, invierta letras, números o palabras, su trabajo en el colegio no corresponde con sus resultados ). La mayoría de estos casos coinciden en que el niño no está alcanzando su potencial, son niños con una inteligencia normal o por encima de la media, pero sin saber por qué se encuentran con muchas dificultades en la lecto-escritura, pensemos que es posible que su visión nos dé la respuesta a esta cuestión.
• Niños o adultos con ambliopía (ojo vago). Últimamente oímos hablar mucho acerca de la plasticidad neuronal, que existe durante toda la vida esto apoya nuestra teoría de que no solamente habrá recuperación en niños si no que también es posible en adultos, lógicamente cuando mejores resultados vamos a obtener va a ser en niños donde la plasticidad es mayor, pero os aseguro que la respuesta en adultos en muchas ocasiones es sorprendente. . Más información en el post oct/2013 «Ojo vago, un enfoque diferente»

• Niños o adultos con estrabismos, tanto si el estrabismo es quirúrgico como si no, es decir un niño que ya le han operado de estrabismo y pensamos que porque sus ojos permanecen alineados el problema está resuelto y no es así en la mayoría de los casos, porque aunque el oftalmólogo haya conseguido colocar ese ojo recto, nadie ha enseñado a su cerebro a ver con los dos ojos, a realizar una visión binocular contando con la información de ambos ojos, por eso es importante realizar un control del estado de la visión binocular por parte de un optometrista especializado en terapia visual. Para ampliar información en el post feb/ 2013 «¿Por qué mi hijo tuerce un ojo?»
• Adultos con daño cerebral adquirido, nos encontramos que aparecen implicaciones visuales importantes que afectan a la vida cotidiana de estas personas. A través de la terapia visual queremos dar a la persona más autonomía, mejorando sus capacidades y enseñándole a vivir con sus limitaciones visuales. Existen técnicas especiales que mejoran el campo visual, equilibrio, localización en el espacio, acomodación etc. En el post de dic/13 «Implicaciones visuales tras un daño cerebral adquirido» hablo sobre este tema.
• Niños con daño cerebral. Habitualmente me encuentro con bastante implicación visual, pero no siempre la visión es la clave, cuando sí lo es la mejora es significativa y le damos a estos niños una forma de entender, de comunicarse, de relacionarse con el mundo que antes no tenían, es como si le abriéramos una puerta que antes estaba cerrada. El trabajo multidisciplinar es imprescindible con estos niños.
• Cualquier persona tanto adulto como niño en los que la visión esté provocando sintomatología como dolor de cabeza, picor de ojos, visión doble, incomodidad en espacios grandes, mareos, dificultad con el equilibrio etc.

Mi trabajo consiste en crear las condiciones para cada uno aprenda a utilizar su visión de una forma más eficiente y esto repercutirá en un aprendizaje más sencillo con menos esfuerzo.